DOCTRINA SOCIAL
Este tema es
sólo un breve acercamiento a la Doctrina Social de la Iglesia, Sin duda que
algunos/as de nosotros/as estamos embarcados/as en acciones que tienen que ver
con estos objetivos:
1. Erradicar
la pobreza extrema y el hambre
2. Conseguir la educación primaria universal
3. Promover
la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
4. Reducir la mortalidad infantil
5. Mejorar la salud materna
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras
enfermedades causantes de gran mortalidad
7. Garantizar la sostenibilidad del medio
ambiente
8. Fomentar una Asociación Mundial para el
Desarrollo.
Colaborar en
esta transformación es responsabilidad de toda persona y colectividad humana,
cada cual desde sus posibilidades reales.
¿Cómo es
posible que en nuestro tiempo, haya todavía quien se muere de hambre; que está
condenado al analfabetismo; que carece de asistencia médica más elemental; que
no tiene techo donde cobijarse?
El panorama
de la pobreza puede extenderse indefinidamente, en la enfermedad, a la
marginación o a la discriminación social.El amor tiene por delante un vasto
trabajo al que la Iglesia quiere contribuir también con su doctrina social que
concierne a todos.
¿QUÉ ES LA
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA?
¿QUÉ ES LA
DSI? : La DSI es un patrimonio de enseñanzas que se organizan sistemáticamente:
es un cuerpo de enseñanza elaborada en el seno de la Iglesia, como respuesta
histórica a los problemas económicos y sociales. Esta enseñanza se presenta en
documentos de diverso rango: encíclicas, exhortaciones apostólicas,
radiomensajes, cartas apostólicas, pastorales.
La DSI
abarca todos los campos en los que se desarrolla la convivencia humana, se
extiende objetivamente al entero panorama de las realidades temporales que
configuran y condicionan la vida de la persona humana dentro de la sociedad.
La DSI más
que una teoría se orienta a la acción. El mensaje social del Evangelio no debe
considerarse como una teoría sino, por encima de todo, un fundamento y estímulo
para la acción.
La DSI
orienta la vocación de cada uno/a en la lucha por la justicia. No se queda en
el enunciado de principios o en la interpretación de la sociedad sino que su
fin es orientar la conducta de las personas como consecuencia del compromiso
por la justicia, según la función, vocación y circunstancias de cada persona
(SRS 41h).
VER – JUZGAR - ACTUAR
VER: se
trata de percibir la realidad con sensibilidad, porque se trata de cuestiones
que afectan a la persona, es ver con preocupación la realidad que tiene rostros
humanos imborrables. Para ver hay que percibir con la inteligencia, es
informarse y comprender los problemas, las situaciones de injusticia, sus
causas, los factores que las producen, los mecanismos y las personas que las
reproducen.
Para ver hay
que analizar en equipo, organizadamente, con la ayuda de las ciencias humanas y
sociales, desde distintos puntos de vista, una misma realidad social.
JUZGAR: es
interpretar la realidad y distinguir qué es y qué no es proyecto de Dios sobre
el hombre y el mundo en la vida concreta de las personas, colectividades y
pueblos. Es iluminar y valorar qué conduce a la justicia y a la liberación
(gracia) y qué a la injusticia, opresión y dominación (“desgracia”) Para
interpretar la realidad no hay que acomodarse a valores y tendencias
sociológicas que sean mayoritariamente contrarias a valores evangélicos, pero
tampoco hay que ser neutral. Desde la profesión de fe en Dios Padre Creador de
Vida, la coherencia implica establecer juicios de valor a favor de la vida, por
toda vida, y en consecuencia en contra de todo aquello que viola y destruye los
derechos de la persona.
ACTUAR: es
dar vida, dar existencia concreta a las elecciones y decisiones coherentes con
los valores del Reino de Dios, porque la DSI está orientada a la praxis. Actuar
es comprometerse en actuaciones concretas, es trabajar para eliminar las
barreras de desigualdades, las estructuras y los mecanismos de injusticia; es
crear condiciones, grupos, comunidades, movimientos para influir en la
transformación de la sociedad en dirección de la justicia social, la verdad, la
libertad y la paz. Teniendo en cuenta esta metodología inductiva
VER-JUZGAR-ACTUAR comprendemos fácilmente cuál es el contenido total de la DSI.
1. ¿CUÁL ES
EL FIN DE LA DOCTRINA SOCIAL?: El fin inmediato de la doctrina social es
proponer principios y valores que contribuyan a crear una sociedad digna del
hombre
2. ¿CUÁLES
SON LOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL? : La doctrina social se apoya en
cuatro principios básicos: la dignidad de la persona humana, el bien común, la
subsidiaridad y la solidaridad.
1. LA
DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA: El ser humano posee gran dignidad por ser imagen
divina y criatura especialmente armada por Dios. Esta categoría singular es el
fundamento principal para el trato adecuado entre los hombres.
2. EL BIEN
COMÚN: El bien común es el bien de todos los hombres y de cada uno, incluyendo
los aspectos espirituales. El bien común abarca dos grandes principios:
O El destino
universal de los bienes: El Creador dispuso el mundo para todos los hombres.
Esto no quiere decir que uno pueda tomar lo que desee, sino que al regular las
relaciones humanas debe tenerse en cuenta el desarrollo y beneficio de los
demás.
O La
propiedad privada: Es necesario para la autonomía y libertades propias. Este
principio está subordinado al anterior, de modo que los bienes se empleen
también en beneficio de los demás, con cuidado especial hacia los pobres. Esta
protección no consiste simplemente en darles dinero, sino sobre todo en
facilitarles la formación y los medios necesarios para salir de su pobreza.
3. LA
SUBSIDIARIDAD: Según este principio, las sociedades de orden superior deben
adoptar una postura de ayuda y promoción respecto a las menores, facilitando
sus iniciativas correctas. En casos especiales puede suplirlas durante un
tiempo breve.
Una
consecuencia de la subsidiaridad es -por parte de los ciudadanos- el deber de
participar en la vida social.
4. LA
SOLIDARIDAD: La solidaridad o caridad social expresa una idea de unidad,
cohesión, colaboración. Es la determinación firme y perseverante de
comprometerse por el bien común. Estamos ante un hábito o virtud, ante una
decisión estable de colaborar con los demás. Con todos los hombres, pues
realmente hay vinculación con todos, aunque uno no se sienta unido a algunos.
La solidaridad como parte de la caridad engloba a los demás principios.
4. ¿CUÁLES
SON LOS PRINCIPALES VALORES SOCIALES?: Para la vida social, hay cuatro grandes
bienes que conviene ejercitar, pues están muy ligados a la dignidad de la
persona humana.
1. LA VERDAD
2. LA
LIBERTAD
3. LA
JUSTICIA
4. LA
CARIDAD
6. ¿ES
MISIÓN DE LA IGLESIA RESOLVER PROBLEMAS SOCIALES?: No, no. Esta es misión
general de los hombres, y en particular de los gobernantes que tienen el dinero
y redactan las leyes. A ellos compete conseguir una distribución justa de los
bienes.
SIETE PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La doctrina
social de la Iglesia es difícil de resumir con tanta claridad. La doctrina
social de la Iglesia es compleja y está vinculada al cambio de las condiciones
sociales y a la profundización del entendimiento tanto del trabajo de Dios en
la historia como de los principios éticos. Sin embargo, esta complejidad puede
resumirse en forma imperfecta en siete principios claves.
I. RESPETAR LA PERSONA HUMANA
Los
cimientos del pensamiento social católico son el adecuado entendimiento y valor
de la persona humana. En un sentido, las enseñanzas sociales de la Iglesia
articulan las implicaciones éticas de un adecuado entendimiento de la dignidad
de la persona.
II. PROMOVER LA FAMILIA
La persona
humana no es simplemente un individuo, sino que también es miembro de una
comunidad. Si no reconocemos el aspecto comunitario caemos en un individualismo
radical. Un entendimiento íntegro de la persona considera los aspectos sociales
del individuo. La primera consideración social, en orden e importancia, es la
familia, la cual es la unidad básica de la sociedad y es anterior y en cierto
sentido supera a las demás sociedades en una comunidad. La doctrina social de
la Iglesia pone acento en la importancia de la familia, en particular en la
importancia de promover matrimonios estables que acojan y eduquen a los niños.
III.
PROTEGER LOS DERECHOS PATRIMONIALES
La doctrina
social de la Iglesia desde la Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII hasta la
encíclica Centesimus Annus (1991) del Papa Juan Pablo II ha defendido el
derecho a la propiedad privada contra la afirmación de que el estado debería
ser el dueño de todas las cosas. Aún
mucho antes, Santo Tomás de Aquino, cuyos escritos son de central importancia
para comprender los cimientos de la doctrina social de la Iglesia, dio tres
motivos por los que la propiedad privada es esencial para la prosperidad
humana:
IV. TRABAJAR PARA EL BIEN COMÚN.
El Papa Juan
XXIII definió el bien común como "el conjunto de aquellas condiciones de la
vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir
más plena y fácilmente su propia perfección" (Pacem in Terri 55). Este bien es común porque sólo juntos como
comunidad, y no simplemente como individuos aislados, es posible que
disfrutemos, alcancemos y propaguemos este bien. Todas las personas están
obligadas a trabajar en pos de hacer que el bien común sea una realidad cada
vez más importante.
V. OBSERVAR EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD
Es deber del
Estado proveer a la defensa y tutela de los bienes colectivos, como son el
ambiente natural y el ambiente humano, cuya salvaguardia no puede estar
asegurada por los simples mecanismos de mercado. Así como en tiempos del viejo capitalismo el Estado
tenía el deber de defender los derechos fundamentales del trabajo, así ahora
con el nuevo capitalismo el Estado y la sociedad tienen el deber de defender
los bienes colectivos que, entre otras cosas, constituyen el único marco dentro
del cual es posible para cada uno conseguir legítimamente sus fines
individuales. (Centesimus Annus 40)
: "El
objeto legítimo del Estado es hacer para el pueblo lo que éste precisa que se
haga, pero que no puede hacer por sí mismo o bien que no puede hacerlo tan bien
como lo haría el Estado, en sus capacidades separadas e individuales".
VI. RESPETAR EL TRABAJO Y AL TRABAJADOR
Según el
Génesis, Dios no sólo crea al hombre, sino que también lo hace trabajar para
que les ponga nombre a los animales y cuide el jardín. Es evidente que Dios no
le dio a Adán esta tarea porque estaba muy cansado como para terminar el
trabajo. Por el contrario, el trabajo humano no sólo participa en el cuidado
creativo y providencial de Dios del universo sino que también lo refleja.
Incluso antes de la caída, el hombre fue creado para cultivar y mantener el
Jardín del Edén, para imitar el trabajo de Dios en la creación a través del
trabajo humano. Luego de la caída, el trabajo algunas veces se convierte en una
tarea ardua, pero continúa siendo parte de la vocación del hombre que viene de
Dios.
Además, los
trabajadores no son meros obreros o simples medios para la producción de
capital en favor de sus dueños, sino que deben ser respetados y se les debe dar
la oportunidad de crear sindicatos para asegurarse colectivamente el pago de un
salario justo.
VII. BUSCAR
LA PAZ Y OCUPARSE DE LOS POBRES.
Paz
significa mucho más que la ausencia de un conflicto violento. Paz es
"tranquilidad del orden", tomando la frase de San Agustín. La guerra
entre las naciones puede ser necesaria algunas veces, pero solamente para
restaurar la paz. La Iglesia Católica, desde al menos los tiempos de San
Agustín, avaló la "teoría de la guerra justa". El pacifismo rechaza rotundamente la
declaración de guerra por ser moralmente mala por diversos motivos, algunos de
ellos seculares (la violencia engendra violencia) y algunos otros religiosos
(Jesús actuó sin violencia).
Tal como se
indica, la doctrina social de la Iglesia no versa exactamente sobre cómo
debería hacerse esto en cada sociedad. Podría ser que se necesita acción social
agresiva a través de la intervención de la política gubernamental. Podría ser
que deberían existir iniciativas privadas y voluntarias de grupos religiosos
(tales como San Vicente de Paul) y grupos seculares (tales como United Way).
Podría ser que las empresas deberían estar obligadas por ley o que deberían
adoptar voluntariamente políticas que asistan a los pobres. Podría ser que las
familias y particulares deberían asumir la responsabilidad. Lo más probable es
que se necesite una combinación de iniciativas gubernamentales, sociales,
religiosas e individuales. No siempre veremos con claridad en cada situación
aquello que precisamente ayudará a los pobres (y a la sociedad en general),
pero todos los católicos tenemos la obligación de pensar seriamente y de actuar
deliberadamente para ayudar a los que sufren a nuestro alrededor y en todo el
mundo.
Estos siete
principios - respeto por la persona humana, promoción de la familia, el derecho
de las personas a la propiedad privada, el bien común, la subsidiaridad, la
dignidad del trabajo y de los trabajadores y la búsqueda de la paz y la
preocupación por los pobres - resumen algunos de los puntos básicos de la
doctrina social de la Iglesia desde León XIII hasta Benedicto XVI. Sin embargo,
en el corazón de la doctrina social de la Iglesia hay algo simple y noble: un
esfuerzo por hacer que las acciones y palabras de Jesús sean reales también en
nuestros días con el objeto de transformar y elevar la vida social en todas las
personas.
CUATRO
PILARES PARA LA EDUCACIÓN, SEGÚN ESTANISLAO ZULETA
El
pensamiento de Zuleta ha dejado un importante legado en el desarrollo crítico
de las estructuras sociales y la perspectiva de la educación frente a las
necesidades crítico-transformadoras de un modelo.
Por tal
motivo, se trae a colación los cuatro pilares que Zuleta considero fundamental
para la educación, que serán una útil herramienta para el debate y la
reflexión.
En primer
lugar, Zuleta plantea la función educativa de la literatura, cómo un medio de
desarrollo de un pensamiento crítico, reflexivo y transformador y parte de su
mismo gusto por la lectura, dejándole gran parte de su ejercicio a su
meditación. En su ensayo titulado Sobre la lectura, establece que ésta consiste
en una tarea que requiere del lector, dedicación y una transformación, que
surge de lo que Zuleta denomina “rumiar el contenido”, afirmando que el
pensamiento funcionaría de acuerdo con tres capacidades:
1) capacidad
de admiración e idealización; 2) capacidad de oposición: crítica; y 3)
capacidad de creación: juego, de inocencia, rueda que gira.
Zuleta
considera a la lectura, un acto importante, en la que el lector debe disponerse
para dejarse perturbar, deslumbrar, transformar, afectar por el contenido del
texto, y por los interrogantes que suscita la lectura. No se lee entonces por simple diversión, se
lee porque existe una cuestión que necesita ser resuelta y porque se aspira a
que el texto diga algo sobre esa cuestión. La literatura es, entonces, una
oportunidad para interpretar los hechos históricos y derivar de estos análisis,
posibilidades de transformación social.
En segundo
lugar, para Zuleta, las ciencias sociales contribuyen a la Educación; por tal
motivo, estas no pueden ser neutrales ni estáticas. El objeto mismo de las
ciencias sociales hace de ellas un campo de combate, de toma de posición y de
inevitable transformación. De ahí que las ciencias sociales se lean como
saberes críticos, cuya orientación debería ser la emancipación humana, razón
por la cual Zuleta retoma y discute sus métodos de investigación y crítica. La
pretensión cientificista de la universidad y el arrogante y encasillado trabajo
de “las metodologías”, son poco útiles para la investigación. Todas las
ciencias inevitablemente comprometen el concepto y la praxis de la
responsabilidad social.
En tercer
lugar, la dimensión histórica es otro campo para descubrir una idea de
educación. Habiendo insistido en la visión de las ciencias sociales, aquí añade
la necesidad de ver los fenómenos en su acontecer histórico. El desconocimiento
de la dimensión histórica conduce a fijar la atención en las conquistas
presentes, sin reparar en los procesos históricos que las hicieron posibles. Es
cierto que no se trata de hacer recorridos de hechos pretéritos, sino de
comprender los problemas, las luchas, los dilemas. Esta visión nos da capacidad
para buscar soluciones más coherentes hoy. La historia, como método de
investigación, es una manera de mirar y comprender el presente como parte de un
todo histórico, al que observamos, en palabras de Zuleta, de manera activa e
interrogativa. El investigador no se contenta con saber que “es así”, sino que
trata de averiguar cómo ha llegado a ser lo que es y “para dónde va”.
En cuarto
lugar, el psicoanálisis para Zuleta, se convierte en uno de sus lugares
predilectos que le permiten conocer la complejidad del otro, sus maravillas,
problemas y tragedias, y esto es una condición sine qua non, de la resolución
de conflictos.
Orlando
Salazar. Ph.D. En filosofía.
LA
GRADUACIÓN DE BACHILLERA PASO AL ÉXITO.
Hoy culmina
una etapa de sus vidas para comenzar otra. Respetados graduandos, acompañantes,
docentes, rector y demás. Deseo dar infinitas gracias a Dios dador de la vida,
la salud y la capacidad de aprender cada día, a los padres, madres, abuelos,
hermanos, tíos y familiares, que con su
entrega, esfuerzo, dedicación y sin desfacellecer, los han acompañado en el
proceso de formación académico, hasta alcanzar
la meta; ser bachilleres. Dar gracias a los rectores y docentes, que sin
escatimar esfuerzos han dedicado su vida
y lo mejor de su tiempo a educar, aun en medio del cansancio,
enfermedades y dificultades, para brindar los conocimiento en las distintas
áreas del saber, con el único propósito que los bachilleres, sean personas de
bien, de valores, con capacidad de trasformar la sociedad, la familia y sus
propias vidas, en donde los demás lean en ustedes el ejemplo y sientan el deseo de ser mejores, de
estudiar, de prepararse y de ser excelentes personas, con capacidad de ser
felices y exitosos. Ustedes bachilleres
del 2015, sinceras felicitaciones. En el plantel Educativo compartieron con sus
compañeros trabajos y esfuerzos.
La
graduación de bachillerato, es el paso al éxito con el propósito de aprender,
pero, junto a ese aprendizaje, se les dio la posibilidad de conocer personas
maravillosas, de vivir, experimentar y comprender el verdadero significado de
la amistad, del compromiso, de la responsabilidad y de manera especial de
formarse como personas honestas, justas y cumplidoras del deber. Bachilleres:
El título es la recompensa de esos momentos no gratos, para algunos, no para
todos. Muchas clases eran aburridoras, no les gustaba cuando los profesores les
llamaban la atención o impartían disciplina, cuando les exigía el cumplimiento
de las tareas, pero el único objetivo era formar personas integras, con valores
y con suficientes herramientas para que se defendieran en la vida, para que el
futuro de cada bachiller fuera con calidad humana, personas formadas que la
suerte y la bendición de Dios los alcanza y acompaña, gracias a esos
docentes que les ayudaron a descubrir
quiénes son, de dónde vienen y para donde van; profesores que les enseñaron la
importancia de saber vivir el amor, el progreso, compromiso personal, familiar
y social y sobre todo la vivencia de la ética y la moral. Eso los hará grandes.
Bachilleres
del 2015: Es bueno que comprendan que el acto de graduación no marca el final
del camino, sino el comienzo del éxito. No pueden quedarse ahí, simples
bachilleres, se hace necesario el forjar nuevas metas: De trabajo, de estudio,
de buscar nuevas oportunidades, para sentirse útil, realizado y capaz de salir
adelante con el logro alcanzado. Es bueno que cada bachiller haga suyas las
palabras de FRANCIS BACON: “Un hombre sabio construirá más oportunidades que
las que encuentra”, y las de ARIE PENCOVIC: “La graduación es solo un concepto.
En la vida real te gradúas todos los días. La graduación es un proceso que
continúa hasta el último día de tu vida.” Si entienden esto, marcarán gran
diferencia entre los demás bachilleres del 2015, porque abrirás puertas en el
2016 para seguir conquistando nuevas oportunidades. Bachilleres, que en las
palabras de un autor desconocido: “Espero que tus sueños te lleven a las
esquinas de tus sonrisas, a lo más alto de tus esperanzas, a las ventanas de
tus oportunidades, y a los lugares más especiales que tu corazón ha conocido”,
se convierta en realidad. Sinceras felicitaciones, buenos vientos y buena
mar.
Pbro.
Orlando Salazar Ph.D. en Filosofía.
UN MUNDO PARA SOÑAR DIFERENTE .
Había una vez una familia muy pobre, que no tenían
dinero ni para comer en esa familia habían 4 hijos de 6, 8, 10,14 años , estos
niños soñaban con ir al colegio como los demás niños , pero sus papas no podían
enviarlos por falta de recursos y por falta de costumbres , esta familia sin
saber sufrían de paludismo , y ni seguro de salud tenían , una vez una familia
de dinero se acercó a su casa para saber cuáles eran sus necesidades , se
dieron cuenta de todo y los ayudaron , les ofrecieron educación , trabajo, salud
y una vida digna para estos 4 niños , y así ellos se dieron cuenta que podían
soñar con un mundo diferente , mas humado , más digno para ellos , hoy en día
son los principales impulsadores de los derechos humanos y de la doctrina
social de la iglesia.
Como ellos hay muchas personas que necesitan tu ayuda
tu estas a tiempo de ayudar a una familia , para que puedan soñar en un mundo
mejor , más humano , y que una familia nunca se separe , yo sé, que este no es
tu caso pero tú puedes ayudar a que a ninguna persona e pase algo así .
